El golpes vs La acupuntura

Siempre parece como si los males de los pacientes, especialmente si son incapacitantes, se relacionan con un evento desafortunado: llámese resbalón, golpe, choque, etcétera.

Y es que los golpes (de la vida) son pasajes casi irremediables que hacen destacar nuestras debilidades internas previas, pero destacan en el exterior, por ejemplo un esguince de tobillo, o tal vez se trate de una inflamación muscular o de ligamentos. Duele y no se olvida.

Una de las reglas esenciales de la medicina china es nunca punturar ni lastimar un tejido herido: "no tocar al tigre". Y en su lugar las estrategias terapéuticas son variadas, complementarias y por supuesto que son bien efectivas.

En primer lugar recordemos que la lección taoísta que dice: "Como es arriba es abajo; como es afuera es adentro". Esto significa que una inflamación lastimadura podemos atenderla desde su miembro espejo (ej Mano herida vs Mano sana); y también desde su correlación yin-yang (ej. Rodilla vs Codo, o talón vs base interna de la mano). Hay una correlación directa que puede utilizarse y es válida para calmar dolor sin causar más lastimaduras en el plazo corto.

Así también toda dificultad de acceso puede (y debe) ser auxiliada por los microsistemas, entre los cuales reina la auriculoterapia, aunque hay más resquicios reflejos por todo el cuerpo que también pueden aportar una dosis extra de alivio a los dolores.

Finalmente los puntos locales del dolor/lesión, van a ir en función de la sensación de molestia, asi como de la apariencia que guarde el espacio afectado. Quiere decir que sí pueden haber puntos cercanos a la zona afectada, siempre que sean soportables, y que tengan alguna lógica en el sistema de meridianos y canales de acupuntura. Ya que ante un golpe o inflamación los tejidos y nervios implicados estarán trabajando en un porcentaje bajo de eficiencia, ya que estarán en reacomodo.

La solución se acompaña del poder disolvente de la electroacupuntura, compresas tibias o frias y porqué no, hasta de desinflamatorios u otras terapias alternativas como la homeopatia, herbolaria y desde luego la dietoterapia.

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