Consultar es charlar a gusto

Han sido varias las ocasiones en que dentro de este blog hablamos sobre las malas influencias de la tradición occidental a la hora de aplicar la sabiduría de las terapéuticas propias de la Medicina Tradicional China en nuestra cultura.

Una de las grandes complicaciones viene de parte de ese "sentido de urgencia" que viene heredado de la industria farmacéutica: esos "¡Dile adiós a la gripe en sólo 5 minutos!" "¡Úsalo tres días y sentirás la diferencia!".

Y es que este tipo de fórmulas sólo pueden llegar a paliar las manifestaciones superficial, sobre todo de las enfermedades agudas, y que si bien atacan las molestias, sólo sirven para ganar un poco de tiempo, en lo que la raíz última del problema contraataca al paciente con nuevos y más intensos síntomas.

Pero si hablamos de padecimientos que involucran aspectos psicológicos, emocionales o asuntos mucho más complejos, entonces ese sentido de urgencia se convierte en un obstáculo para el progreso de cualquier paciente, por obediente y disciplinado que sea.



El activo, la dosis, el medicamento va después de saber qué es lo que está ocurriendo dentro y fuera del paciente, después de una buena observación, una palpación correcta y sobre todo después de una entrevista lo suficientemente bien llevada. Hay que hablar, comunicarse ante el doctor o terapeuta es un asunto vital, es pilar principal de una buena experiencia rumbo a la salud.

Todas las expresiones, los silencios, las preguntas difíciles, la indecisión, los titubeos, los vicios del lenguaje, las emociones, las lágrimas, los recuerdos, lo que se cuenta rápido, lo que se detalla profundamente, todo, absolutamente todo es materia enriquecedora para la decisión terapéutica del profesional en el ramo de la Medicina Tradicional China.

Es por eso que tanto quien consulta como quien es consultado deben estar en un ambiente agradable, bien ventilado, con un vaso de agua cada uno, una temperatura correcta, mobiliario cómodo y sobre todo un ambiente privado y seguro que contribuya a enfocarse en el aquí y ahora de la consulta, por todo el tiempo que sea necesario.


Es muy cierto que hay temas y casos que pueden ser más de tabú o con más hielo por romper. Que puede existir un paciente tímido, desconfiado, desorientado; así como un terapeuta que no juegue mucho el papel de psicólogo. Hay de todo a la hora de la consulta, pero vale la pena el esfuerzo.

La gracia máxima de la ejecución de la acupuntura y otras técnicas de la medicina tradicional china y más terapias alternativas, radica en que hay un tratamiento para el cuerpo, hay un tratamiento para la psique y hay un tratamiento para el espíritu (Jing, Qi y Shen). Pero que todos estos tres movimientos implican una transmisión energética, donde paciente y terapeuta se unifican para transferir y recibir energía nueva que lleva al paciente a un estado de renovación en búsqueda de la homeostasis.

No es sólo insertar agujas en una gama de puntos, tampoco se trata de recetar herbolaria, dar masajes ni sólo charlar. Se trata de llegar a un estado de armonía energética, donde cada punción, cada manipulación de la técnica sea una dosis de energía renovada, sanadora, enfocada, bien intencionada, con la que el paciente logrará mejorar su estado de salud.


Es por eso que la confianza en la consulta, el ambiente adecuado y una entrevista correcta, respetuosa y bien dirigida, son el comienzo perfecto antes de arrancar con la sesión de puntos de acupuntura o lo que sea preciso durante la etapa "física" de la  sesión.

En Nutrición + Acupuntura creemos en la importancia de escuchar a nuestros pacientes y hacerles saber que valen mucho para nosotros por el sólo hecho de que son seres humanos buscando mejorar.

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